- Roberto Echeverrría era Cónsul Honorario Vitalicio de Finlandia en Sevilla.
A los 89 años ha fallecido Roberto Echeverría Reyes, quien dirigiese la Agencia Marítima Echeverría y atesorase más de siete décadas de dedicación a la consignación de buques, el despacho de aduanas y la estiba de mercancías, fue una figura clave en la historia reciente de la actividad portuaria sevillana.
Echeverría se incorporó de lleno a los negocios familiares en 1952, con apenas 16 años, y, desde entonces, se mantuvo al frente de una empresa que ha sido testigo, y parte activa, de la evolución del Puerto en momento clave: desde el paso de los barcos de vela a vapor y posteriormente a motores diésel, hasta la inauguración de la esclusa y el tapón de Chapina, la excavación de la dársena del Batán o el cierre de los muelles del Arenal, Turismo y Nueva York. Su figura se convertiría, de esta manera, en un referente claro de la comunidad portuaria sevillana y en ejemplo de continuidad empresarial.
Hoy, la Agencia Marítima Echevarría, al cargo de Roberto y Alejandro Echeverría, mantiene un papel estratégico en el comercio marítimo de la ciudad, especialmente en la importancia y exportación de chatarra y productos siderúrgicos.
Cónsul de Finlandia en Sevilla
Roberto Echeverría no solo tuvo un importante peso en el mundo empresarial sevillano, sino que también contó con una significativa proyección en el plano internacional. Y es que desde 1972 la familia ejerce como Cónsul de Finlandia en Sevilla, un papel diplomático que facilitó la construcción de varios barcos en los antiguos Astilleros.
Roberto Echeverría trabajó siempre por estrechar las relaciones entre ambos países. De hecho, Echeverría estuvo implicado en el aprovisionamiento de todos los materiales necesarios para la construcción del Pabellón de Finlandia en la Expo’92, sede actual de la Fundación FIDAS. Él fue, además, quien medió para que el pabellón se quedase en la ciudad, siendo éste uno de los pabellones que la Consejería de Cultura inscribió en el Catálogo de Patrimonio Histórico, convirtiéndolo de esta manera en un pabellón protegido. Además, el Pabellón de Finlandia es el único que el país conserva tras las exposiciones universales en las que ha participado, pues los de Saarinen (París 1900), Alvar Aalto (París 1937 y Nueva York 1939) y Reima Pietilä (Bruselas 1958), fueron demolidos.
